¿Qué son las filacterias y por qué los fariseos las ensanchaban?

Cuando Jesús comenzó a hablarles a los líderes religiones acerca de su hipocresía, mencionó entre muchas cosas, que ensanchaban sus filacterias para ser vistos por los hombres (Mateo 23:5). Esta es la única vez que se menciona la palabra filacterias en la Biblia. Entonces, ¿Qué eran las filacterias, y por qué los fariseos las ensanchaban?


Pues bien, las filacterias (tefilin) eran dos cajitas de cuero delgado negro que contenían pequeños pergaminos con pasajes de las Escrituras en su interior, y que los judíos usaban atando una en su frente y la otra en el brazo, como un intento literal de cumplir el mandamiento del libro de Deuteronomio: 

“Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos.” Deuteronomio 11:18 

Ambas cajas contenían pergaminos con cuatro pasajes de las Escrituras: Deuteronomio 6:4-9; Deuteronomio 11:13-21; Éxodo 13:1-10 y Éxodo 13:11-16. Una de las cajas - el tefilin de la cabeza - era amarrada sobre la cabeza por encima de la frente para estuviese cerca de la “mente”. Sólo medía 1 pulgada (2 cm.) y contenía cuatro pequeñas celdillas para guardar en cada una de ellas los cuatro pasajes escritos en pequeños pergaminos. La otra caja - el tefilin del brazo - era amarrada al brazo izquierdo cerca del codo para que estuviese cerca del “corazón”, con una correa de cuero envuelta alrededor de la mano izquierda y del dedo medio de la mano. Medía media pulgada (1 cm.) y sólo tenía una celdilla, donde los cuatro pasajes se escribían en un único y pequeño pergamino. ("Los cuatro evangelios traducidos del griego al español", Guillermo Harris).



De esta manera, durante el día y especialmente en la oración, los judíos se colocaban un tefilin en el corazón, otro en la mente y las unían por una correa de cuero a la mano, entendiendo que Dios y su Palabra debían estar en todo lo que pensaban, sentían y hacían. Algunos también lo veían como una señal reverencia ante los gentiles (Deuteronomio 28:10). Por ello, los fariseos del tiempo de Jesús no sólo las usaban para tener un rango social más alto, sino también las ensanchaban más de lo normal con el propósito de que fueran más visibles y así ostentar que ellos eran mucho más santos.